Posteriormente en España se inventaba otro tipo de futbolín cuyos muñecos tenían las piernas separadas.Entonces se le ocurrió la idea del futbolín, basándose en otros juegos de mesa.Alejandro confió a su amigo Francisco Javier Altuna, de oficio carpintero, la realización del primer futbolín siguiendo sus instrucciones.[2][3] Aunque la invención se patentó en 1937,[2][3][4] Finisterre tuvo que exiliarse a Francia a causa del triunfo franquista en la guerra, perdiendo los papeles de la patente en una tormenta,[2][3][4] por lo que no hay forma de saber cómo era este diseño original ni su forma o medidas.Los jugadores tratan de utilizar los muñecos montados en barras rotantes para golpear la bola hacia la meta del contrincante.En la competición, se cuenta cada bola que entra en la portería, siempre y cuando los jugadores del equipo que anota no rompan alguna regla del juego para conseguir el tanto.Se ha creado un futbolín español llamado "Supra" de la marca Sam, reconocido por la Federación Española, y que próximamente se presentará como modelo oficial de la Federación Internacional.Existen otras marcas importantes, entre las que se incluyen, Kicker, Garlando, Löwen-Soccer, Warrior, Lehmacher y muchas más.Las diferencias en los tipos de mesas tienen una gran influencia en los estilos que se juegan.En esas mesas el portero no es capaz de coger la bola una vez que se sale fuera del área.En cuanto a las Reglas oficiales, se pueden consultar en la Federación Española de Futbolín (F.E.F.M.Ambas modalidades se juegan por todo el territorio nacional, aunque en Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón y algunas zonas de Galicia es más popular la modalidad con cambios (o de bola parada).Estas dos modalidades son para los futbolines de La Costa, Vals, Presas, Delgado, etc. Para los futbolines de madera, aunque popularmente no vale meter gol con la media ni con el hueco o guarra, en los campeonatos es lícito meter gol con ellos.
Jóvenes jugando al fútbol de mesa
(taca taca)
en una mesa pública en
Chile
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