Fusilamientos de Heredia

El día del ataque contra Vitoria los celadores se encontraban acuartelados en Gamarra Mayor, pequeña localidad situada a 4 kilómetros al norte de la capital alavesa.

El comandante alavés Bruno Villarreal trató vanamente de exponer al jefe carlista "las tristes consecuencias que ocasionaría tan terrible orden".

El general carlista José Ignacio de Uranga anotó, escueto como siempre, en su diario: "Día 17.

El historiador Antonio Pirala escribe: "El inmolarlos (a los celadores) fue un acto de inhumana crueldad, la horrible satisfacción de una venganza a la que no se entrega el que quiere aparecer como un héroe, como un genio.

Así, quemó las iglesias en las que se habían refugiado los defensores de Cenicero en La Rioja y Villafranca en Navarra.

Desistió de su empleo cuando firmó al año siguiente el Convenio Lord Eliot.