Los individuos que formaban esta tropa carlista estaban encargados del cobro de derechos impuestos sobre varios artículos de consumo.
Durante los primeros años de guerra en que existían casernas y pueblos fortificados en el interior del país, estas pequeñas partidas al mando de oficiales subalternos las bloqueaban y desde entonces tomó celebridad la denominación de "aduaneros" que les daban los bloqueados.
El uniforme era: Pantalón de pana, chaqueta y chaleco de lo mismo, faja encarnada, boina azul con borla blanca y alpargatas.
Esta tropa la formó Zumalacárregui "...sacando de los cuerpos algunos oficiales y sargentos de la mejor conducta, prácticos en la tierra y bien relacionados, y dando a cada uno dos o tres soldados de su elección, los destinó a que observasen constantemente las guarniciones cristinas, con la facultad de incorporar a esa fuerza cuantos reclutas se les presentasen.
Así anotó Uranga en su diario el 2 de septiembre de 1834: "Este día al amanecer se cogió a un paisano que salió de Salvatierra con una bota a por vino, al cual se le pasó por las armas a la tarde."