En 1835 pasó a tener, junto a Iturralde y Gómez, el cargo de Mariscal del Ejército Carlista del Norte, al liderar una de las tres divisiones en que se dividió el ejército.
En octubre decidió atacar Bilbao, cuyo sitio comenzó el día 24 de ese mismo mes.
Tras concluir la Primera Guerra Carlista en el frente del norte, con el acuerdo entre liberales y carlistas que se denominó Abrazo de Vergara, Bruno Villarreal se exilió en Burdeos (Francia).
Más tarde se acogió a la amnistía de 1849, juró fidelidad a la Reina Isabel II y pasó el resto de su vida en Vitoria.
Tanto título como Grandeza están actualmente vacantes.