Esta coordinación implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países, y desaparición o asesinato de personas consideradas como «subversivas del orden instaurado, o terroristas contrarias a su política o ideología».
Julio Abreu, quien estaba participando de un cumpleaños junto a dichas personas, también es detenido.
[3] El único sobreviviente adulto de los asesinatos, Julio Abreu, narró 30 años después de haber sido dejado en libertad, que luego del secuestro, fueron trasladados a tres lugares distintos, donde pasaron varios días, para luego ser drogados y llevados a Uruguay en un vuelo clandestino, denominado actualmente como "Vuelo cero".
[7] Este exmilitar ya había sido condenado por otros crímenes de lesa humanidad.
En ese momento consistía en un gran mural acompañado por una placa.