El fallecimiento de otro preso produjo posteriormente protestas en toda España y un motín en el fuerte, que fue reprimido mientras en Pamplona era secundado por un paro general.
Numerosos ayuntamientos solicitaron el cierre del penal y el traslado de los 750 presos a otras cárceles.
[1] A todo lo anterior hay que añadir los 206 muertos en relación con la fuga del fuerte en el año 1938.
La fuga fue preparada por unos treinta presos, que utilizaron la lengua Esperanto para poder comunicarse sin ser entendidos por los demás.
Un soldado opuso resistencia y murió como consecuencia de un golpe con una barra.
Se inició inmediatamente la caza de los mismos, que sin resistencia fueron abatidos o detenidos.
El último fue capturado el 14 de agosto, tres meses después, siendo apodado "Tarzán" por haber aguantado tanto tiempo solo en el monte.
[3] Esto da, según la contabilidad del fuerte, cuatro más, que pudieran ser huidos de la represión en la retaguardia encontrados tras las pesquisas desarrolladas para capturar a los fugados del fuerte.
Estos fueron fusilados en la Vuelta del Castillo, detrás de la ciudadela, el 8 de septiembre de ese mismo año: Gerardo Aguado Gómez, Teodoro Aguado Gómez, Bautista Álvarez Blanco, Calixto Carbonero Nieto, Antonio Casas Mateo, Daniel Elorza Ormaetxea, Antonio Escudero Halconero, Ricardo Fernández Cabal, Francisco Herrero Casado, Francisco Hervás Salomé, Primitivo Miguel Frechilla, Miguel Nieto Gallego, Rafael Pérez García y Baltasar Rabanillo Rodríguez.En las posteriores diligencias aparece el delator falangista Ángel Alcázar de Velasco, que vio reducida su pena.
Con la reducción de penas también se vieron beneficiados otros 60 internos por colaborar.
[6] En 1988, con motivo del 50 aniversario, se erigió un monumento en homenaje a los fugados y caídos por la libertad y la República, que se encuentra escondido entre la maleza en un tramo descendente del monte Ezcaba.
A fecha actual se encuentra abandonado, siendo propiedad del Ministerio de Defensa.
El historiador José María Jimeno Jurío señaló este lugar como posible cementerio.
Los restos óseos encontrados hasta ahora presentaban a la altura de las rodillas una botella y en su interior datos personales del fallecido.
Posteriormente, el 18 de noviembre, el juez decidió inhibirse en favor de los juzgados territoriales y finalmente, diez días después, la Audiencia Nacional dictó que el juez Garzón no puede investigar los delitos franquistas, decisión tomada con catorce votos a favor y tres en contra.