Esta pequeña isla fue utilizada como lugar de culto.
El rey Manuel I de Portugal reformo y amplió esa defensa en 1512, al igual que haría años más tarde Felipe I de Portugal.
La estructura puede ser visitada por el público, siendo la travesía hasta la isla hecha por pequeñas embarcaciones locales.
Un pozo de agua potable abastecía a la guarnición, compuesta por un Gobernador (comandante) y doce plazas, renovadas semanalmente.
Ese pozo destaca por situarse en el mar, siendo uno de los tres únicos existentes en el mundo con esa característica.