Fueros de Sobrarbe

Cuanto a los moros se conquistare, divídase no solo entre los ricoshombres, si también entre los caballeros e infanzones; pero nada perciba el extranjero.No será lícito al rey legislar sin oír el dictamen de los súbditos.Esta construcción permitió a Blancas retrotraer la institución del justiciazgo y los fueros a los orígenes del Reino de Aragón, haciéndoles aparecer al mismo tiempo que el nuevo rey fue elegido.La primera mención documentada a unos Fueros de Sobrarbe se encuentra en la carta puebla y fueros que Alfonso I de Aragón y Pamplona concedió a Tudela en 1117:[5]​En el momento de la concesión, estas poblaciones formaban la frontera entre las tierras cristianas y las musulmanas.Eso hicieron, escribiendo primero sus fueros y después eligiendo como rey a Don Pelayo.[13]​ Este privilegio imponía la intervención del Justicia en cualquier caso referente a los demandantes del privilegio y permitía la rebelión en el caso de que el rey no cumpliese los fueros.[14]​ Cuando el privilegio fue revocado, Pedro IV ordenó la destrucción de todas sus copias y prohibió que nadie las transcribiera o poseyera.Algo que la compilación no hace es enumerar cuales fueron esos primeros fueros.Blancas pidió permiso al Consejo de Aragón para publicarlo, pero se le fue denegado.Sin embargo, el rey revocó la negativa del Consejo y le permitió publicarlo, pero con la condición de hacer ciertos cambios.Blancas modifica la versión del mito fundacional creada por Carlos de Viana, haciendo que los caballeros esta vez sean solo aragoneses, y explícitamente llama a los fueros originales Fueros de Sobrarbe.También minimiza el papel de los ricoshombres, mencionándolos solo una vez y poniéndolos al mismo nivel que los caballeros e infanzones.
Composición de los Fueros de Sobrarbe contenidos en Aragonensium rerum commentarii de Jerónimo Blancas