[1] El frontón se empezó a construir en 1893, con un presupuesto aproximado de unas 500 000 pesetas.
Fue la cuarta infraestructura de estas características abierta en Madrid a finales del siglo XIX, en un momento en el que el deporte de la pelota vasca alcanzó una notable popularidad en la capital española.
En 1997 fue comprado por 2,3 millones de euros por la sociedad vasca Frontón Jai Alai, que inicialmente pretendía su recuperación para uso deportivo.
Posteriormente, la propiedad pasó a manos de la empresa Aguirene.
Alrededor de la misma se extienden las gradas, que rodean la pista por sus lados oriental y meridional, dibujando una planta semi-elíptica.
El graderío tiene una capacidad aproximada para 4000 personas y se articula en cuatro plantas, cerradas al interior mediante balcones con barandillas y comunicadas entre sí a través de escaleras de madera.
Han existido otros frontones denominados también Beti Jai, en Barcelona, San Sebastián y Logroño.