Los militares más radicales amenazaron con retirar el apoyo a Lacerda si este insistía en las conversaciones con los llamados enemigos del régimen.
El manifiesto planteaba elecciones directas, reforma partidaria, desarrollo económico y adopción de una política exterior soberana.
También irritó a Brizola, exiliado en Uruguay, que emitió una nota condenando vehementemente la actitud de João Goulart.
Lacerda declaró entonces: "Hoy está comprobado que Jango no es un hombre del Partido Comunista ni yo de Estados Unidos".
El Frente Amplio comenzó a aproximarse al movimiento estudiantil y sindical, enfatizando la lucha contra la política salarial.