Francisco Martínez y Martínez

Tras ejercer su carrera durante unos años en Valencia, la Villajoyosa y Altea, donde fue juez municipal, decidió dedicarse plenamente a su actividad favorita: los estudios históricos, literarios y folclóricos..[2]​ Casado desde 1894 con Carmen Pardo Ximénez, tuvo tres hijos, pero la llegada del cuarto causó la muerte de la madre (con solo 31 años) y de la misma criatura, que faltó pocos días después del nacimiento.Sobre este particular, defendió con pasión la cooficialidad del bilingüismo y la dignidad y el valor del valenciano, a veces incluso posicionándose públicamente en contra de algún artículo lesivo para la lengua aparecido en la prensa de Madrid.Como prueba de sus dos pasiones, Cervantes y el País Valenciano, Francisco Martínez dejó completamente terminada una traducción al catalán del Quijote.Sobre su pasión por la lengua y la cultura valenciana, parece que esta arranca de sus años universitarios en la capital.Según relata su nieta, Martínez fue miembro de la sociedad valencianista València Nova, fundada por José María Puig Torralva y, al mismo tiempo, miembro destacado de Lo Rat Penat, donde llegó a ser vicepresidente.Defendió, como se ha apuntado antes, la cooficialidad del catalán, y trabajó activamente para la constitución de un estándar ortográfico, común con Cataluña y aleares pero la vez respetuoso al máximo con las peculiaridades dialectales valencianas.
Placa conmemorativa dedicada a Francisco Martínez y Martínez en Altea.