Casado de nuevo el padre, aún tuvo otros dos hermanos.En 1903 regresó a España e inició sus colaboraciones en rotativos como El País, El Pueblo Vasco, El Sol, La Noche, Euskal-Erria; continuó su trabajo en otras publicaciones como Caras y Caretas y El Tiempo, y partir de 1906 fue corresponsal del diario La Prensa de Buenos Aires.Al fundarse en 1910 la Asociación de la Prensa donostiarra, Grandmontagne fue elegido su primer presidente.En 1921 y por iniciativa de Ramón Gómez de la Serna, un sexagenario Gandmontagne recibió un banquete homenaje en el mítico Mesón del Segoviano.En él participaron nombres importantes de la literatura española, desde Azorín a Antonio Machado, que aquella noche leyó un poema difícil de olvidar:[3] En 1923, Primo de Rivera, le ofreció la embajada española en Argentina, premio que Grandmontagne rechazó con parecidos términos: «¿Me ve usted a mí, el ex pulpero martinfierrista, con uniforme de embajador saliendo de la Casa Rosada?».
Calle Francisco Grandmontagne en su localidad natal.