Francisco Antolínez y Sarabia

El mismo año debió de trasladarse a Madrid para reunirse con quien Ceán creía que era su tío, el citado José Antolínez, aunque es probable que tras la muerte de este retornase durante algún tiempo a Sevilla.Establecido en Madrid definitivamente y tras enviudar, vistió hábito clerical, pretendiendo ordenarse de sacerdote sin llegar a conseguirlo.[5]​ Otras muchas series se le habían atribuido anteriormente, contando solo con los datos aportados por Palomino, y algunas más se han incorporado a su catálogo tras la aparición de la firma en el lienzo sevillano por presentar rasgos semejantes.Se trata en todos los casos de series amplias en pequeño o mediano formato de asuntos tomados del Antiguo Testamento (Abraham, Isaac y Jacob) y, en mayor medida, del Nuevo, recurriendo en ocasiones a los Evangelios Apócrifos para completar ciclos dedicados a la vida de la Virgen o de Cristo.Pueblan sus paisajes, por otra parte, menudas figuras de carácter murillesco, con notables diferencias y frecuentes caídas de calidad incluso en un mismo lienzo, evidenciando a menudo un trabajo mecánico y apresurado, destinado a su rápida venta en mercados fáciles, como sugería Palomino.
Huida a Egipto , óleo sobre lienzo, 45 x 73 cm, Madrid, Museo del Prado .
La adoración de los pastores , 1678, óleo sobre lienzo, 114 x 195 cm, Catedral de Sevilla .