Franciscanos en Paraguay

Los franciscanos llegaron a Paraguay en la segunda mitad del siglo XVI.

En las reducciones se producía algodón, tabaco, yerba mate y otros rubros.

Allí fue aprobado el “Catecismo Breve”, la traducción al Guaraní del Catecismo de Lima (1583) hecha Bolaños, y se ordenó su uso para la enseñanza de la doctrina cristiana.

Los magníficos retablos de Yaguarón, Atyra, Tobatí y Piribebuy, que datan casi todos del siglo XVIII, las tallas de imágenes sacras y los exquisitos púlpitos que se encuentran en Capiatá, Valenzuela, Altos y otras localidades, son los elementos visuales de incomparable valor que testimonian la presencia franciscana en el Paraguay.

En el año 1575, llega a la ciudad de Asunción, siendo todavía un diácono.

Cuenta con magníficas tallas franciscanas de diversos orígenes como Guarambaré, Villeta y Yuty.

El museo puede ser visitado por la mañana de lunes a sábado.

En 1579 los indios se sublevaron, incentivados por el chamán Overa que llegaba de la región del Río Paraná.

Su fundación data del año 1587, obra de Fray Luis Bolaños y su compañero Alonso de San Buenaventura, cuando reunieron 500 familias indígenas en esta reducción.

El actual templo de Yaguarón, cuya construcción se ha iniciado en el año 1755 y su terminación ha sido en el año 1772, es posterior a la salida de los Franciscanos, pero debido a que quedaron sus talleres artesanales, en donde se siguieron formando los pobladores, estos colaboraron en la construcción del templo, retablos e imágenes sagradas.

La Iglesia de San Buenaventura está considerada como una de las obras de arte más valiosas del Paraguay, en él se pueden observar impresionantes tallas del siglo XVIII, tales como los finos retablos hechos por Souza Cavadas, se conservan el pórtico columnado, un magnífico púlpito y un confesionario tallado en madera.

Se dice que quien bebe de las aguas del Ycuá Bolaños siempre regresará a esa ciudad.

El tiempo no ha podido menguar el caudal del Ycuá Bolaños, que se encuentra en las afueras de la ciudad y hasta hoy sigue “hechizando” a todos los visitantes que beben de sus aguas.