Francisca Bohigas Gavilanes

Bohigas fue la única política de las derechas católicas en las Cortes republicanas.Respecto a las razones familiares de su vinculación a tierras leonesas, según se afirma en varias publicaciones, se explica porque Francisca contrajo matrimonio con el leonés Antonio Eguiagaray Senarega, abogado, falangista, Delegado provincial de Trabajo, director de la revista Anti [11]​ y “propagandista católico agrario” junto a Álvarez Robles, Roa de la Vega, Revuelta, y la propia Bohigas.[14]​ Francisca Bohigas formaba parte de la plantilla de inspectores e inspectoras que fue destituida, en aquel marco de represiones contra las maestras y los maestros, que se llevó a cabo durante la Guerra Civil y al terminar esta.[15]​ Francisca se vio obligada a trasladarse, como consecuencia del enfrentamiento que tuvo con el comandante de la Guardia Civil local, cuando tropas del bando sublevado ocuparon una de las escuelas femeninas leonesas.Bohigas entendió que aquello suponía “una clara alteración a la normal escolarización de las alumnas”.Fue un partido integrado solo por mujeres, si bien su consejo asesor estaba compuesto por hombres.Bohigas pretendía un Del partido dijo que no era una agrupación de carácter religioso, sino político, que nacía para orientar a la mujer en relación con la elección de diputados.[19]​ Este partido designó la comisión que, junto a la masculina elegida por Acción Agraria Leonesa, elegirían la candidatura, siendo así como se decidió que Bohigas estuviera en la candidatura agraria para las elecciones generales de 1933.Como reacción, sus amistades y correligionarios políticos le brindaron un homenaje y celebraron su lanzamiento electoral en León, para lo que se contó con la presencia de José María Gil-Robles y Quiñones[21]​ La prensa interpretó la sanción como una prueba de las persecuciones ideológicas[19]​ Celebradas las elecciones generales, Bohigas logró 71830 votos, obteniendo así un escaño por León, lo que la convirtió en la primera diputada por León de la Historia.[24]​ En 1931 expresó, por escrito, en una carta publicada en el Diario de León, su lealtad a la República: Bohigas era partidaria de la obediencia a las leyes del Gobierno constituido, “siempre que no sean intrínsicamente malas” pero, al mismo tiempo, consideraba que «había que laborar con todo interés y entusiasmo por que las leyes que vayan en contra de nuestros sentimientos e ideales sean modificadas» siguiendo el procedimiento legal establecido, según afirmó en un discurso pronunciado el dos de enero de 1932.
Francisca Bohigas fue inspectora hasta la edad de jubilación forzosa