[6] Administró conjuntamente a sus estados los del suegro, Ettore Pignatelli (*1620, +1674), VI duque de Monteleone.
El feudo permanece en la familia de los Ventimiglia Aragona Pignatelli y Moncada hasta 1735, año en el que pasó a Antonino Alliata tutor del joven Francesco Roderigo IV.
Durante todo ese tiempo no recibió cartas de Palermo, creyendo que estarían perdidas o interceptadas.
Si se producía muerte prematura sin descendencia del primogénito, se nombraba heredero universal a su siguiente hijo varón, Hector, y así hasta llegar a sus hijas, que tomarían la posesión empezando por la mayor, doña Felix, seguida en su caso por las restantes, doña Juana y doña Estefanía.
El pontífice, conmovido por la insistencia y devoción del conde-marqués, concedió finalmente su deseada aprobación en 1689, aunque ya a título póstumo, pues Francesco Roderico IV había muerto unos meses antes.