En Argentina y Colombia, las negociaciones fueron exitosas, por lo que al año siguiente el vehículo comenzó a ser fabricado por sus respectivos representantes.
Es así como la Ford Motor do Brasil, decidió continuar las negociaciones con Renault para la fabricación de este auto.
Luego de eso aparecía una leyenda que decía "O cavalo brasileiro" (El Caballo Brasileño).
La marca pretendía ingresar con este auto a los mercados donde solo era conocida por sus coches baratos y de bajo consumo.
Sin embargo, a mitad de camino la Willys quebró y su control fue asumido por la Ford Motor do Brasil.
Este auto, si bien fue presentado originalmente con carrocería sedán 4 puertas, no conservó la línea original "estilo flecha" que había propuesto Renault con el R12, sino que más bien optó por un diseño que respetaba el frente aerodinámico del coche francés, desde la trompa hasta el parante medio, pero desde este parante hacia el baúl, se optó por un diseño más bien rectilíneo, acorde a la preferencia del mercado brasileño.
La corrección se resumía en adoptar una altura media para la caja de dirección y fijarla definitivamente ahí.
Tal fue así, que la versión coupé lanzada en 1969 comenzó a hacer furor entre los jóvenes.
Fue por eso que en 1970 fue lanzada la versión Ford Corcel GT, un diseño especial con un toque deportivo.
Si bien, este auto respetaba completamente el diseño original del Renault 12 rural, solamente fue comercializado en versión de tres puertas.
No menos que sus hermanos, la Belina también tuvo una buena recepción, pasando cada coche a ocupar un lugar en la sociedad.
También, en la parte trasera fueron modificadas las luces, pasando a llevar faros grandes y rectangulares.
Sin embargo, a pesar de que los aficionados a la marca preferían que solamente estuviese en versión coupé, las nuevas puertas del Corcel, resultaron ser muy pesadas para ser cargadas por una persona.
Sin embargo, la versión de 1.4 litros continuaba siendo producida para aquellos que quisiesen un vehículo más económico.
También, en ese año era presentado el Ford Corcel Belina II, la versión station wagon que equipaba la misma motorización.
En 1980, acompañando la evolución del etanol en Brasil, aparecía la nueva versión con motor impulsado por alcohol.
Funcionaba rápido, no tardaba en calentarse, tenía poca vibración y se mantenía regulado por mucho tiempo.
Un pequeño logotipo en los parallamas delanteros, con la inscripción Alcohol y cuatro gotas azules en degradé, indicaban el combustible utilizado.
Su desempeño general era tan bueno con respecto al modelo a nafta, que tenía aceleraciones más rápidas.
La rural contaba con dos motorizaciones, pero en 1980 pasaba ofrecer solamente los motores de 1.6 litros, mucho más acorde a su peso, sobre todo en viajes con la familia y el maletero llenos.