Churchill mandó identificar en las muestras de agua recibidas, todos aquellos elementos aparentemente no significativos e insospechados hasta ese momento en análisis previos.
Los resultados, conocidos en 1942, llevaron a aconsejar la fluoración del agua de bebida para combatir la caries, en concentraciones comprendidas entre 0,7 y 1,2 ppm.
Este rango ha permanecido prácticamente vigente hasta nuestros días, en zonas donde se ha puesto en marcha la fluoración artificial del agua.
En los años 70 empezó a gestarse la idea de que la fluoración podía provocar cáncer.
[10] Se ha introducido también esta práctica en zonas de muchos otros países como por ejemplo en Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Corea del Sur, España (principalmente en el País Vasco), Filipinas, Hong Kong, Irlanda, Israel, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Reino Unido y Vietnam.
Se usa agua fluorada en muchos países como Argentina, Francia, Gabón, Libia, México, Sri Lanka, Tanzania, Estados Unidos y Zimbabue.
En algunos lugares, en particular en partes de Senegal, Sri Lanka, China, y la India, la fluorización del agua sobrepasa los niveles recomendados.
Se estima que en China unos 200 millones de habitantes consumen agua fluorada con niveles iguales o superiores a los recomendados.
[12][13] Los partidarios de la fluoración del agua argumentan que los efectos negativos se producen a partir de consumos elevados y que las dosis aplicadas en el agua son lo suficiente pequeñas como para no afectar a la salud, estando justificado su uso porque los beneficios que obtiene la población por la fluoración son superiores a los riesgos.
[16] En algunas localidades se ha interrumpido la fluoración del agua, como por ejemplo en ciudades de Finlandia, Alemania, Japón, Países Bajos, Suecia y Suiza.
Sin embargo, fue posible aislarlo a principios del siglo XX, trabajo realizado por Ferdinand Fréderic Henri Moissan, Premio Nobel en 1906.
Una vez aislado, el flúor es un gas diatómico de color amarillo pálido.
Sin embargo, los enlaces que forma con átomos de otros elementos son relativamente fuertes.