En 1904, un contrato fue firmado en el Hospital Mornigside, del cual Henry Waldo Coe era dueño y quien lo operaba desde Portland, Oregón, bajo el cual se estipulaba que los pacientes con enfermedades mentales de Alaska serían tratados en ese hospital.
[3] También fue establecido un régimen de compromiso bajo el cual un "aspirante" al tratamiento sería traído frente a un panel de seis personas, los cuales determinarían si el aspirante era cuerdo o no.
La Asociación Médica Estadounidense realizó unos estudios en 1948, seguida por el Departamento del Interior en 1950.
Además, una auditoría mostró que el Sanatorium Company, dueña del hospital, estaba rellenando sus gastos.
[3] Estos estudios recomendaban una reforma integral del sistema, creando un programa de salud mental dentro del mismo estado, propuesta ampliamente aceptada por el público y por los políticos locales.
6376), escrita por el delegado al congreso del territorio de Alaska (y quien luego se convertiría en senador) Bob Bartlett.
También permitía que los alasqueños catalogados como enfermos mentales en los Estados Unidos continentales serían tratados apropiadamente localmente hasta que puedan ser transferidos a centros en Alaska; y recíprocamente permitía que ciudadanos de los Estados Unidos continentales catalogados como enfermos mentales en Alaska recibirían atención allí, antes de ser trasladados a sus estados originarios.
Recalcaba el texto propuesto del proyecto de ley, nombrándolo como "aquel que supera a todos los demás".
Ellos dijeron que el proyecto de ley "elimina todos los derechos del ciudadadano americano para pedir a un juez que lo proteja de ser enviado a un asilo por un familiar codicioso o 'amigo' o, como el proyecto menciona, 'un grupo interesado'.
La APRF era parte de una red más grande de organizaciones ultraderechistas que se oponían a la psiquiatría y psicología, ya que eran pro-comunistas, antiamericanistas, anticristianas y projudías.
Clasificando a la "higiene mental" como parte de los "tres unpíos" del "Gobierno Comunista Mundial", declaró: " La higiene mental es un sutil y diabólico plan del enemigo para transformar un pueblo libre e inteligente en una horda de zombis servil".
Los activistas incluyeron, además de otros grupos y particulares, al reverendo Gerald L. K. Smith; Women for God and Country; la Liga For America; el Minute Women of the U.S.A.
Los opositores del proyecto hicieron declaraciones cada vez más fuerte durante la primavera y verano de 1956.
En su boletín del 17 de febrero, Dan Smoot declaró a sus subscriptores: "No dudo que el Alaska Mental Health Act fue escrito por hombres sinceros con buenas intencionas.
El comité Keep America de Los Ángeles también llamó a los proponentes del proyecto como una "pandilla conspiratoria" que debe ser "investigada, enjuiciada, o por lo menos removidas de su cargos" por traición.
He tenido llamados telefónicos con las mismas quejas desde California, Texas y otras partes del país.
"[4][6] Los argumentos de los detractores del proyecto tuvieron poca repercusión en el Senado.
Deploramos los métodos anticuados actuales que se usan para tratar a los enfermos mentales."
La Corte Suprema de Alaska determinó en 1985 que la abolición del trust fue ilegal y ordenó su reconstitución.
"[18] Otorgaría a los psiquiatras la capacidad de asegurarse que "Cualquier hombre, mujer o menor pueda ser secuestrado y enviado sin juicio a Alaska, privado de sus derechos civiles y humanes, donde quedará detenido para siempre, todo esto sin algún juicio o examen previo.
El APA sabía muy bien quién estaba detrás de la gran reacción que derrotó al proyecto, y nunca lo olvidaron, demostrado en algunos de sus ataques que han generado sus miembros.
Fue "allí que el señor Hubbard, como líder de un movimiento religioso nuevo y dinámico, noqueó fuera del ring a la Ley Siberia — dándoles un golpe que nunca olvidarían.
El proyecto de ley revisado fue aprobado rápidamente sin más cambios.
[26] A pesar de que la iglesia dice que los Cienciólogos lideraron la oposición al proyecto, el reporte del Congressional Record de las audiencias del Senado no mencionan a la iglesia.