Se ha reportado que es usado no sólo para vigilar criminales, sino también disidentes políticos.
[2] Una vez que el software infecta un sistema —sea una computadora de escritorio, una portátil o un teléfono celular—, el intruso obtiene acceso remoto al equipo.
Dichos documentos incluyen vídeos y brochures de ventas del software FinFisher.
[4] De acuerdo con el reporte For Their Eyes Only: The Commercialization of Digital Spying, elaborado por el Citizen Lab de la Universidad de Toronto en abril de 2013 -y actualizado en septiembre de 2013-, FinFisher tiene presencia en Australia, Austria, Baréin, Bangladés, Brunéi, Bulgaria, Canadá, República Checa, Estonia, Etiopía, Alemania, Hungría, India, Indonesia, Japón, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Malasia, México, Mongolia, Países Bajos, Nigeria, Pakistán, Panamá, Paraguay, Catar, Rumania, Serbia, Sudáfrica, Singapur, Turquía, Turkmenistán, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Reino Unido y Vietnam.
[11] Ese mismo mes, una investigación independiente realizada por dos ONG mexicanas halló que al menos cuatro dependencias mexicanas habían adquirido el software: la (ex) Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General de la República, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, y el Estado Mayor Presidencial.