Todos los componentes de un filtro mecánico son directamente análogos a los distintos elementos encontrados en los circuitos eléctricos.
La buena selectividad, factor esencial en los receptores de radio, le dio un gran atractivo a dichos filtros.
Los investigadores contemporáneos se encuentran trabajando en filtros microelectromecánicos, los cuales son dispositivos mecánicos correspondientes a los circuitos electrónicos integrados.
Las contrapartes mecánicas de estas propiedades son, respectivamente, la masa, la rigidez y el amortiguamiento.
[5] Además de su aplicación a los sistemas electromecánicos, estas analogías son ampliamente usadas para apoyar el análisis en la acústica.
Esta situación no iba a durar por mucho tiempo: la resonancia eléctrica había sido conocida por la ciencia desde cierto tiempo atrás, y no pasó mucho antes de que los ingenieros comenzaran a producir diseños completamente eléctricos para los filtros.
El manipulador de cada operador activaba una lengüeta, la cual convertía esta vibración en una señal eléctrica.
[8][9] Distintas versiones de la telegrafía armónica fueron desarrolladas por Elisha Gray, Alexander Graham Bell, Ernest Mercadier[n 1] y otros.
[10] La admitancia mecánica y la analogía asociada de la movilidad aparecieron mucho después, gracias a la Firestone en 1932.
Una vez que estas ideas fueron adoptadas, los ingenieros pudieron extender la teoría eléctrica hacia el dominio mecánico y analizar un sistema electromecánico como un todo unificado.
[15] Poco tiempo después, Harrison registró otra patente usando la misma metodología en los transductores de transmisión y recepción en el teléfono.
[17] Se le dio validez a teoría de filtros más avanzada para este problema por Norton en 1929 en los Laboratorios Bell.
[21][22] La primera producción en masa de los filtros mecánicos fue emprendida por la compañía Rockwell Collins, Inc., comenzando en los años 50.
Los transductores piezoeléctricos son preferidos en los diseños más recientes, ya que el material piezoeléctrico también puede ser utilizado como resonador del filtro, reduciendo de esta manera el número de componentes y salvando espacio al mismo tiempo.
También es usualmente necesario tener un pequeño imán para polarizar el material magnetostrictivo en su rango de operación.
Esto sucede porque es posible enrollar la bobina del transductor directamente en un alambre de acoplamiento, ya que el níquel es ligeramente magnetostrictivo.
Sin embargo, no es tan fuerte la unión, por lo cual el acoplamiento al circuito eléctrico es débil.
Los primeros materiales piezoeléctricos utilizados en los transductores, tales como el titanato de bario, tenían muy poca estabilidad en la temperatura.
Este problema fue resuelto con la introducción del titanato zirconato de plomo (abreviado PZT), el cual es suficientemente estable como para ser usado como resonador.
Sin embargo, los materiales cerámicos como el PZT son preferidos por su gran coeficiente de acoplamiento electromecánico.
Esto corresponde a una cifra poco razonable para los circuitos LC, cuyos factores se encuentran limitados por la resistencia de los inductores.
Cuando la vibración sucede en uno de los modos superiores, habrán múltiples nodos en el resonador en los cuales no hay movimiento.
Este sería poco usaul en un diseño real, ya que la entrada y salida usualmente tienen el mismo tipo de transductor.
El circuito de parámetros concentrados descrito antes comienza a desglosarse y los componentes deben considerarse como elementos distribuidos.
Los resonadores se encuentran mecánicamente adjuntos al contenedor por medio en pivotes con ángulos rectos con respecto a los alambres o barras de acoplamiento.
Los pivotes se encuentran ahí para asegurar el libre giro del resonador y así minimizar las pérdidas.
[43] Para frecuencias incluso más altas, se pueden usar métodos microelectromecánicos como el descrito a continuación.
El puenteo en dos resonadores (figura 11c) puede producir un polo de atenuación tanto en la banda superior como en la inferior.
Los voladizos son componentes mecánicos simples manufacturados por muchos de los mismos métodos usados en la industria de los semiconductores; la cubierta, la fotolitografía y el grabado al agua fuerte, con un grabado hecho con un corte interno para separar el voladizo del sustrato.
La tecnología promete mucho, dado que los voladizos pueden ser producidos en gran número y colocados en un solo sustrato individual (grandes números de transistores se encuentran actualmente contenidos en un chip de silicio sencillo.