La transfiguración también puede recordarse en otros momentos del año litúrgico, a veces además de la fiesta en sí.
En el Leccionario común revisado, seguido por algunos luteranos, metodistas unidos, anglicanos y otros, el último domingo de la temporada de la Epifanía (el que precede inmediatamente al Miércoles de Ceniza) se utiliza el relato evangélico, lo que ha llevado a algunas iglesias sin calendarios festivos establecidos a referirse a este día como «Domingo de la Transfiguración».
En la Iglesia católica, la Transfiguración se celebraba localmente en varias partes del mundo católico en días diferentes, incluido el 6 de agosto, pero no se reconocía universalmente.
[5] Dada la importancia que tenían en la política internacional de la época tales batallas entre naciones cristianas y musulmanas, para celebrar la victoria, el papa Calixto III elevó la Transfiguración a fiesta para ser celebrada en todo el rito romano.
En 2002, el papa Juan Pablo II seleccionó la Transfiguración como uno de los cinco Misterios Luminosos del Rosario.