Hasta 1964 el festival se realizaba en un solo espacio, en La Cour d'Honneur del Palacio Papal de Aviñón.
El éxito permitió que otros directores teatrales se animasen a desarrollar por toda Francia experiencias parecidas: Jean Dasté en Saint-Étienne, Maurice Sarrazin en Toulouse, Hubert Gignoux en Rennes y André Clavé en Estrasburgo, lo que dinamizará la producción teatral francesa.
Vilar no deseaba que se adormeciera el proyecto conforme pasaba el tiempo, así que tras renunciar a otros puestos, se ocupó casi en exclusiva del Festival de Aviñón: danza, cine y música encontraron un hueco también.
En 2013, el Festival de Aviñón inauguró La FabricA, un lugar de nueva construcción que ofrece a lo largo del año residencias a las compañías teatrales que preparen espectáculos para la próxima edición del Festival.
En verano, se convierte en un lugar de representación para producciones que requieran un alto nivel tecnológico.