Desde 1999 forma parte de la dirección artística de la Schaubühne am Lehniner Platz en Berlín, donde ha promocionado el trabajo de autores contemporáneos (Sarah Kane, Marius Von Mayenburg, John Fosse, Mark Ravenhill, Caryl Churchill...); autores clásicos (Shakespeare) y autores modernos (Ibsen, O´Neill, T. Williams...).
Como director ha montado más de cuarenta obras en los últimos veinte años.
En 2004 fue nombrado artista asociado en el Festival de Aviñón y desde 2010 ha sido presidente del Consejo Cultural Franco-Alemán.
Esto lo traslada a su teatro y pretende no dejar al público indiferente.
Este tipo de pensamiento, coincide con su visión horizontal del teatro en donde los actores son creadores activos y no meros “intérpretes”.
Ostermeier se ubica como un director inductivo (siguiendo las dos maneras de acercarse a la dirección que pronone Bertolt Brecht).
Hacer una puesta significa, por tanto, traducir la literatura a un proceso dramático que sucede aquí y ahora.
Estudió mucho a Brecht, Meyerhold, Stanislavsky... y por tanto sus puestas en escena son algo muy cercano a esas ideas de la historia del teatro del siglo XX.
El concepto de realismo en Ostermeier apunta a iluminar, no es simplemente una copia del mundo tal cual se ve, es una mirada al mundo que exige cambios.
A la hora de dirigir Thomas Ostermeier busca siempre el espíritu del dramaturgo.
En la estética de sus obras se incluye toda la realidad mediática actual y el mundo del consumismo: citas visuales/ acústicas del cine, televisión, cómics... Ostermeier aboga por una estética de lo feo, confrontando al público con alcohólicos, marginales, drogadictos... Su teatro está también influido por la estética del rock.