Ferrocarril Pamplona-Sangüesa
Sin embargo, también sirvió para el transporte de pasajeros a Aoiz y a Sangüesa, lo que le acabó dando el carácter emotivo con el que se le recuerda hoy.la adjudicación de la obra del tranvía eléctrico, que recayó sobre los ingenieros Daniel Múgica y Cornelio Arellano.Múgica era navarro, conocido en toda la provincia por sus múltiples obras, mientras que Arellano era residente en Zaragoza, siendo en ese momento director del canal de Lodosa.Además, el proyecto definitivo de la parte eléctrica y el material móvil se le encargó al ingeniero industrial donostiarra Carlos Lafitte Martínez,[7] quien fue el responsable de aplicar a este tren corriente alterna monofásica por primera vez en España, y única durante mucho tiempo, hasta el AVE entre Madrid y Sevilla en 1992.[8] En 1914 “El Irati” sufría un descarrilamiento sin consecuencias en las Ventas de Mendioroz.Tal circunstancia le valió numerosas reseñas en los periódicos de la época y enciclopedias.El tendido eléctrico adoptaba el hilo doble, común en las líneas transviarias, en los tramos en que la vía marchaba por la carretera; en el resto del trayecto, sobre explanación propia, el hilo único con suspensión catenaria, con péndolas cada 6 metros.Hasta 1946, el pequeño ferrocarril realizaba también el servicio de tranvía en Pamplona.En 1950, el tren pasó a ocupar una nueva estación en la avenida del Conde Oliveto, junto con "El Plazaola", que unía Pamplona con San Sebastián.Durante los años cuarenta, el billete hasta Sangüesa costaba 8,25 pesetas, y el viaje duraba 2 horas 15 minutos.Tras atravesar Lumbier y la Autovía del Pirineo (A-21), la traza continuará paralela a la carretera NA-127 hasta finalizar al norte de Sangüesa, junto al Camino de Santiago.[13] El proyecto empezó a estudiarse en 1995 por el entonces alcalde de Lumbier, José Andrés Burguete.