Fernán Ruiz de Castro

Su progenitor destacó a un lado de Alfonso XI en la lucha contra los musulmanes.

Juana sería esposa por una noche, la de la boda, pero reina hasta su muerte.

Atravesaría la frontera con Portugal, estableciéndose en Monção, en los sucesivos nueve días pasaría la frontera hacia Galicia y ante notario haría pública su desvinculación (desnaturalización) del rey de Castilla por las afrentas citadas anteriormente.

Las bodas se contrajeron en Toro y seguidamente regresó a Galicia acompañado de su esposa.

El futuro Conde de Lemos apoyó hasta su propia muerte al bando legitimista con un fervor inusitado, que no es propio de un caballero que se vio ultrajado.

Abandona Toro sin rendir pleitesía a don Pedro como habían hecho otros caballeros -entre ellos su hermano Alvar Pérez de Castro-, para más adelante aparecer a un lado del rey en los momentos complicados que salpicaron su reinado.

En ningún momento se le pasó por la cabeza la idea de destronar a don Pedro.

Tuvieron un único hijo, Pedro de Castro y Enríquez, Ricohombre, que vendió a Nogales, y no heredó la casa de su padre porque se la confiscó el Rey Don Enrique II.

Finalmente desestimó la opción de los gallegos, aferrándose a una factible ayuda inglesa.

De este hecho podemos entresacar tres teorías que cambian por completo la tradicional percepción que sobre dicho asesinato siempre se tuvo: E mandó el rey a Fernán Pérez Churruchao, e a Gonzalo Gómez Gallinato, dos caballeros de Galicia que querían mal al arzobispo, que le estoviesen esperando con veinte de caballo a la puerta de la cibdad, e que le matasen; e ellos ficieronlo así (...) e allí finó delante del altar de Santiago.

Palabras del cronista Pero López de Ayala, que militará en el bando trastamarista.

Las calles enseguida recibieron ayuda del propio rey a la cabeza de un ejército.

No obstante, llegaron a un acuerdo: Enrique le ofreció la posibilidad de rendirse, siempre y cuando fuera en los siguientes cinco meses, y hasta el día de Pascua de Resurrección como fecha límite, don Pedro no acudía a su auxilio, incluso si aceptaba rendirle pleitesía respetaría los títulos y privilegios que su hermano le había concedido.

Fernando se comprometió también a no atentar contra Enrique y sus partidarios mientras el plazo pactado permaneciese vigente.

Después de esta negociación, Enrique abandonó Galicia y se dirigió a Burgos.

Las excepciones fueron Padrón, Allariz y Monterrey que resistieron bizarras la acometida petrista.

Quiso el destino que Pedro I tomara la errónea decisión de desplegar su ejército por los pueblos y aldeas aledaños al castillo de Montiel, fortaleza en la que él incluso se aposentó acompañado del Conde de Lemos y del fiel caballero, también del noroeste, Men Rodríguez de Sanabria: Igualmente quiso un capricho del destino que fuera el propio Men Rodríguez, quien en secreto se había entrevistado con el bretón Du Guesclin, con la esperanza de llegar a un acuerdo favorable que permitiera al rey legítimo huir furtivamente del cerco que el ejército enriqueño le había puesto alrededor de la fortaleza, sin siquiera sospechar la traición que brotaba en la mente del mercenario francés.

Pasó a la historia la frase de Du Guesclin, pronunciada cuando, en el momento de caer Pedro y su hermano Enrique al suelo enzarzados, colocó a Pedro debajo, lo cual le facilitó a Enrique el acuchillarlo para después cortarle la cabeza: La mala noticia correrá como la pólvora por todo el territorio, causando sentimientos y comportamientos contradictorios en las gentes según el lugar y su filiación.

En La Coruña lo aguardaba con los brazos abiertos Andeiro; en su camino, Tuy y Compostela tomarán su nombre con entusiasmo.

Haciendo uso de una treta pidió hablar con los sitiados, pudiendo entrar en el recinto amurallado.

Instalado en Portugal, recibió del monarca luso importantes concesiones territoriales, y se unió gustoso a la lucha entre las dos coronas.

A Enrique no le quedó más remedio que enviar un numeroso contingente.

Una vez más, y sirviendo de paralelismo, Araviana huyó al galope hacia Portugal.

Fernando Ruiz lideró la causa de Pedro I de Castilla (en la imagen) en la guerra civil castellana.
Enrique de Trastámara, vencedor de la guerra civil.
Torre del homenaje, en el Castillo de Monforte de Lemos , perteneciente al linaje de los Castro .
Castillo de Monterrey donde se reunieron los partidarios petristas.