Suelen venderse cantidades que rondan aproximadamente entre medio y un millón de kilos de ajos, con premios especiales a la ristra de mayor peso, la cabeza mayor y el mayor número de ristras.
Sobre la celebración de la feria, ya Pascual Madoz en 1830 menciona su existencia en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España (Volumen 16).
Es en 1889, cuando el alcalde de Zamora Germán Mateos aglutina las ferias que tradicionalmente se venían celebrando en distintas épocas del año en una sola.
En la primera década del siglo XX la feria del ajo se trasladó a la plaza del Cuartel Viejo, y en los años 1950 se llevó al que sería su emplazamiento del siglo XX, y parte del XXI, la avenida de las Tres Cruces.
La feria paralela de cerámica se añade en los 40 años, en 1972, mediante iniciativa del concejal Herminio Ramos, con la ayuda de varios alfareros de Pereruela y Moveros.