Feminismo socialista

El feminismo socialista es una corriente teórica y política que hace una crítica tanto del capitalismo como del patriarcado, enfatizando las esferas tanto pública como privada la vida de las mujeres, y que argumenta que la liberación solo puede ser lograda a través de poner fin a las fuentes tanto económicas como culturales de la opresión de las mujeres.

Posteriormente, en los años sesenta y setenta del siglo XX, volvió a surgir en los Estados Unidos, Europa y América Latina planteando un cuestionamiento a la forma en que la izquierda tradicional y la llamada "nueva izquierda" abordaba, o no, "la cuestión de la mujer", como algo secundario, a ser pospuesto.

Otra socialista importante en la lucha por los derechos de las mujeres es Clara Zetkin, quien afirma que “…los intereses de las mujeres no son homogéneos, sino que están en función de su pertenencia a las diferentes clases sociales”.

Para las mujeres de la pequeña burguesía sin embargo el derecho más importante, al igual que en el feminismo burgués, es el del voto, que les es negado porque los hombres se oponen a la posibilidad de que modifiquen las leyes laborales que permitan el acceso a la libre competencia de las mujeres por los trabajos liberales asalariados.

Este último punto es uno de los aspectos que más se han criticado del feminismo socialista, la idea poco realista de la igualdad entre hombres y mujeres en las clases bajas y que el socialismo pudiese acabar con la subordinación de las mujeres cuando para el socialismo la cuestión femenina ha sido la cuestión siempre aplazada.

La académica estadounidense Donna Haraway , autora de la obra feminista El Manifiesto Cyborg , en 2006