Sus padres fueron José Pereyra de Lucena y María Inés Pelliza.
El 11 de octubre del mismo año revista ya como teniente del Batallón de Artillería Volante, en la 7.ª Compañía para la expedición que fue al Alto Perú, a las órdenes del coronel Francisco Antonio Ortiz de Ocampo.
Intervino en la acción con 12 de las 18 piezas de la artillería patriota avanzando sobre la columna enemiga logrando ganar un seno en la sierra.
El padre del capitán Pereyra de Lucena insistió en 1812 pero nada se hizo.
Recién en 1891, una comisión popular realizó una suscripción en el momento en que se repatriaban los restos de los generales Rondeau, Martín Rodríguez, Olazábal, Galván y el coronel Quesada.