Entre los compañeros que entrenaban ahí se encontraban los hermanos Armando e Ignacio Espino, Joaquín Granada "El Yesero", José Juárez "El Gitanillo" y Gabriel Soto, torero con alternativa.
Se va fogueando en el rastro con astados arreados en el jaripeo del lienzo charro de la Asociación Metropolitana,[3] ganado que posteriormente sería enviado al matadero.
Ahí lidió toros casi siempre de embestida medrosa; muy corta, que al tomar el engaño brincan en forma descompuesta sin constancia en la pelea.
Así, en condiciones tan adversas, desarrolló la habilidad y el ánimo que le permitieron el dominio de los toros con la muleta.
En recuerdo de su faena cumbre, Enrique Cortés "El Juchi" le dedicó un lienzo al óleo.
Así mismo, el maestro Samuel Robledo, novillero en retiro, ha pintado dos óleos en recuerdo de sendas faenas.