Al poco tiempo de la elección presidencial que colocó a Miguel Juárez Celman en la presidencia, Pinedo fijó su residencia en Europa, lugar donde estaba al ser nombrado secretario del canciller Roque Sáenz Peña y delegado argentino ante el Congreso Pan-Americano de Washington.
Costa, formando un gabinete con Miguel Cané en Hacienda y Luis A. Huergo en Obras Públicas.
También fue abierto el Pabellón Argentino, un gran edificio de hierro y vidrio que había sido construido originalmente para la Exposición Universal de París de 1889, luego desmontado y trasladado por iniciativa del intendente Francisco Seeber hasta Buenos Aires, y rearmado finalmente en la Plaza San Martín.
Durante los siguientes años Pinedo se mantuvo en la actividad privada, desempeñándose como abogado en el estudio que había abierto en 1895 junto a sus amigos Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña.
En 1902 fue electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en representación de los Partidos Unidos (unión entre autonomistas nacionales, radicales bernardistas y mitristas acuerdistas) que respondía a Irigoyen y a Marcelino Ugarte por dos años.
Finalmente, el proyecto de ley no pudo ser aprobado por tan sólo dos votos.
Esto le trajo a Pinedo y su familia dificultades económicas en los años siguientes.
En 1918 su mandato como diputado nacional finalizó y se retiró a la vida privada.