Esta ley propició también la creación de las primeras organizaciones indígenas.
La oposición de las comunidades resultó en choques con mineros y autoridades locales, generando graves conflictos.
La ambición por el oro llevó a juicios contra líderes locales, mientras que solo unas pocas comunidades tenían reconocimiento legal y solo cuatro tenían títulos de propiedad en ese momento.
[4] Durante sus primeros diez años, FENAMAD enfrentó limitaciones típicas de una organización en sus inicios.
Además, ha extendido su papel para defender a los pueblos indígenas aislados y en contacto inicial.