Fábula de Píramo y Tisbe

Además, la obra de Góngora posee una intención profundamente desmitificadora, que rebaja a los héroes al ámbito de lo grotesco, revitalizando, mediante la ironía y la distancia crítica, los gastados mitos grecolatinos.

Sin embargo la crítica no ha tenido en la estima que quizá mereciera este último intento gongorino por conciliar todas las corrientes poéticas, estilos y tonos del Barroco, probablemente debido a la concepción trascendental que la poesía adquirió a partir del Romanticismo, si bien en los últimos años este poema ha sido cada vez mejor valorado.

La voz enunciadora o narrador del poema es una figura descreída y observadora, consciente de la actividad creadora que desempeña, e incluso crítica con su propia labor, pues en ocasiones reflexiona sobre la propia poesía y sobre el estilo empleado.

Tal apreciación se sustenta en los testimonios de la época.

José Pellicer revela que «entre las obras que más estimó en su vida don Luis de Góngora, según el me dijo muchas veces, fue la principal el romance de Píramo y Tisbe».

La Ilustración y defensa de la «Fábula de Píramo y Tisbe» (1636), de Salazar Mardones , fue el mejor de los comentarios del siglo XVII del romance de Góngora .