Su historia, de inspiración oriental, se encuentra entre el mito y la literatura.
En realidad, este relato sentimental es mentado por primera vez por Higino (Fábulas, 242 y 243[1]), quien sólo habla de su suicidio.
[3] Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios que vivieron durante el reinado de Semíramis.
Se comunicaban con miradas y signos hasta descubrir una grieta en el muro que separaba las casas.
Le abrazó, sacó el puñal y se suicidó a su vez, clavándoselo ella misma.