Apolo se inflamó de pasión por Dafne y en cambio ella lo aborreció.
Sin embargo ella rogó a su padre que la dejase soltera, como la hermana gemela de Apolo, Artemisa.
En vista de que Apolo la atraparía, Dafne invocó a su padre,[3] el dios Ladón.
Como ya no la podía tomar como esposa, le prometió que la amaría eternamente como su árbol y que sus ramas coronarían las cabezas de los héroes y los campeones de los Juegos Olímpicos.
Apolo empleó sus poderes de eterna juventud e inmortalidad para que siempre estuviera verde.
[5] Otros artistas como Picasso manipularon la mitología griega y la adaptaron a su época.