En 1775, cuando Jezar Ahmed Bajá recibió la gobernación de Sidón, trasladó la capital a Acre.
[8] En 1840, el gobernador de Sidón trasladó su residencia a Beirut, convirtiéndola efectivamente en la nueva capital del eyalato.
En 1842 el gobierno otomano introdujo el doble kaymakamato, mediante el cual el Monte Líbano sería gobernado por una persona designada por maronita y las regiones más al sur de Keserwan y Chouf sería gobernado por una drusa.
Las animosidades entre las sectas religiosas aumentaron y en 1860 se intensificaron hasta convertirse en una violencia sectaria en toda regla.
[8] El nuevo arreglo terminó con la agitación y la región prosperó en las últimas décadas del Imperio otomano.