El Evangeliario es el texto fundamental y fundacional de la Iglesia mexicana al contener las lecturas para las misas diarias que se utilizaron durante más de dos siglos hasta que fray Francisco Antonio de la Rosa Figueroa en el siglo XVIII ordenó quemarlas.
Es además, el texto base para diversos sermonarios y obras litúrgicas en náhuatl.
[3] Aunque durante el siglo XIX se conoció su existencia, la primera descripción la realizó el padre Atanasio López en 1921 y, a pesar de que fue citado en el siglo XIX por los bibliógrafos que no llegaron a investigar el texto, y más tarde por Robert Ricard (1944), ningún investigador lo estudió durante el siglo XX y parte del XXI.
Aunque el manuscrito toledano se considera la copia más antigua, existen numerosos ejemplares.
El Proyecto "Filología bíblica en lenguas indoamericanas" ha logrado contabilizar hasta el momento 26 copia, entre ellas las más importantes son: Ms.