400 a. C.) fue un profeta religioso (mantis) de la Antigua Atenas, mejor conocido por su aparición en el diálogo homónimo escrito por Platón.
Su biografía puede ser reconstruida solo a través de los detalles narrados por Platón en Eutifrón y Crátilo, ya que no existen otras fuentes contemporáneas.
Aunque Sócrates parece tratar esta facultad con desdén irónico, nunca la critica abiertamente.
[7][8] Y Sócrates acredita a Eutifrón el haber encendido una profunda inspiración durante el ejercicio etimológico que emprende en Crátilo.
Irónicamente, su nombre en griego antiguo significa «pensador recto» o «Señor Mente correcta».