En un intento para continuar con los avances en cuestión de eficiencia, se han introducido las clasificaciones «A+», «A++» y «A+++».
Las etiquetas energéticas se dividen en al menos cuatro categorías: Para los electrodomésticos refrigeradores tales como frigoríficos y congeladores, el etiquetado se basa en el índice de eficiencia energética (EEI), que es el consumo anual basado en la capacidad de almacenado y tipo de electrodoméstico.
[4] La etiqueta también incluye: Hasta 2010, la eficiencia energética de las lavadoras se calculaba basándose en un ciclo de algodón a 60 °C con la carga máxima admisible (generalmente 6 kg).
La eficiencia de lavado ya no se mide, pues todas las lavadoras deben alcanzar la clase A obligatoriamente.
Hay dos escalas diferentes para secadoras de condensación y ventilación.
Estos son los valores para un lavavajillas de 12 cubiertos hasta 2010: Desde 2010 se utiliza un nuevo sistema basado en el índice de eficiencia energética (EEI), que tiene en cuenta el consumo eléctrico anual, asumiendo 280 ciclos.
La etiqueta incluye: Los climatizadores que poseen funciones de calor además incluyen: Todas las etiquetas de bombillas y tubos (incluyendo las lámparas incandescentes, luminarias fluorescenes y las lámparas led) contienen la siguiente información: De acuerdo al consumo eléctrico de la bombilla relativo a una convencional (GLS o incandescente), la bombilla se clasifica en las siguientes clases:[8] La clase A se determina de un modo distinto, razón por la cual tiene un porcentaje variable.
Las lámparas direccionales son aquellas que tienen al menos un 80 % del flujo luminoso en un ángulo sólido de π sr (que corresponde a un cono con un ángulo de 120°).
[11] La clase energética se determina mediante el índice de eficiencia energética (EEI), que es el consumo eléctrico relativo a un consumo de referencia.