Teniendo una densidad media de 3,346.4 kg/m³,[nota 1] la Luna es un cuerpo diferenciado, compuesto por una corteza, un manto y un núcleo planetario geoquímicamente distintos.
El mapeado geoquímico desde la órbita implica que la corteza de la Luna tiene en gran parte una composición anortosítica,[1] consistente con la hipótesis del océano de magma.
En términos de elementos, la corteza lunar está compuesta principalmente de oxígeno, silicio, magnesio, hierro, calcio y aluminio, pero también están presentes elementos menores y trazas importantes como titanio, uranio, torio, potasio e hidrógeno.
También se han detectado algunos terremotos lunares poco profundos con hipocentros ubicados a unos 100 km debajo de la superficie, pero estos ocurren con menos frecuencia y parecen no estar relacionados con las mareas lunares.
Estos resultados implican que el 40% del núcleo por volumen se ha solidificado.