Durante su cargo, la compañía transportó un estimado de 84 000 esclavos desde África Occidental hacia las Américas.
[7] Colston hizo uso de su riqueza para proveer apoyo financiero a asilos, hospitales, escuelas e iglesias en Inglaterra, en especial en su ciudad natal;[8] representó al distrito electoral de Bristol como miembro del Parlamento entre 1710 y 1713;[9] tras su muerte, dejó 71 000 £ a caridades, y 100 000 £ a miembros de su familia.
[1] La estatua se volvió controversial a finales del siglo xx a medida que las actividades de Colston como comerciante de esclavos se hicieron más conocidas.
[17] H. J. Wilkins, quien reveló sus acciones relacionadas con esclavos en 1920, comentó que «no podemos imaginarlo con justicia, excepto contra su trasfondo histórico».
[18][19] La participación de Colston en este tipo de comercio precedió al movimiento abolicionista en el Reino Unido, y fue durante la época en que «la esclavitud fue generalmente tolerada en Inglaterra —de hecho, en toda Europa— por eclesiásticos, intelectuales y clases educadas».
[33] Otra intervención artística mostraba una bola atada con una cadena a la estatua.
[35][36][37] El escrito original de la segunda placa mencionaba el papel de Colston en el comercio de esclavos, su breve paso como parlamentario Tory por Bristol y criticaba su filantropía como selectivamente religiosa: La opinión pública comentó que las oraciones utilizadas iban en contravía de la escritura original que se había sugerido para la placa, refiriéndose incluso como una «crítica vitriólica» a Colston.
[35] Un concejal conservador de la ciudad sugirió que la redacción era «revisionista» e «históricamente analfabeta».
[41] Una declaración de la oficina del alcalde lo llamó «inaceptable», afirmó que Rees no había sido consultado, y prometió continuar el trabajo en pos de una segunda placa.
[45][50] También señalaron el suceso como uno de daños criminales y confirmaron que habría una investigación para identificar a los involucrados, añadiendo que se encontraban cotejando las grabaciones del incidente.
[56] El historiador y presentador de televisión David Olusoga comentó que la escultura debió haber sido derribada antes, diciendo que «las estatuas son para decir "este fue un gran hombre que hizo grandes cosas" Eso no es verdad, él [Colston] era un comerciante de esclavos y un asesino».
[57] En una entrevista con Krishnan Guru-Murthy, afirmó: «tenemos una estatua de alguien que hizo su dinero al arrojar gente al agua... y ahora está en el fondo del agua».
[58] En una entrevista aparte, Rees comentó que Colston probablemente sería recuperado del muelle «en algún momento» y podría terminar en un museo de la ciudad.
[55][59][60] Por su lado, el líder laborista Keir Starmer dijo que, si bien la forma cómo la escultura había sido derribada era «completamente errónea», debió haber sido derrocada «mucho, mucho tiempo atrás», agregando que «no puedes, en la Gran Bretaña del siglo xxi, tener a un esclavista en una estatua.
Esa estatua debió haber sido retirada apropiadamente, con consentimiento, y puesta en un museo».
Para construir una ciudad donde el racismo y la desigualdad no existan más, debemos empezar por reconocer el oscuro pasado de Bristol y retirar estatuas, retratos y nombres que conmemoran a un hombre que se benefició del comercio de vidas humanas».
[65][66][67] El día después del retiro de la escultura, la policía anunció que habían identificado a diecisiete personas relacionadas con el incidente, pero que aún no habían llevado a cabo arresto alguno.
A otras cinco personas se les ofreció justicia restaurativa, como multas y servicios comunitarios.
La escultura, que mostraba a la manifestante del movimiento Black Lives Matter, Jen Reid, con su puño en alto,[88][89] fue descrita por Quinn como una «nueva instalación pública temporal».
[94] En septiembre de 2020, el alcalde Rees estableció la comisión de historia We Are Bristol (en español, «Somos Bristol»), descrita como «un grupo independiente que: ayudará a Bristol a entender mejor su historia y como se convirtió en la ciudad que hoy es; trabajará con los ciudadanos y grupos de la comunidad para garantizar que todos en la ciudad puedan compartir sus percepciones sobre la historia de Bristol; construirán una historia mejorada, compartida y comprensiva de Bristol para las generaciones futuras».
Afirmó que, dado que no se había dado el consentimiento para retirar la estatua de Colston, permanecía, en la ley, como parte de todo el monumento y podría ser regresada al pedestal.
Justificó que el «interés arquitectónico e histórico» del conjunto artístico, lo que había desembocado en su clasificación, fue en parte resultado del diseño de la estatua y que «remplazarlo con una estatua de alguien más socavaría apreciablemente la integridad histórica del monumento».