En un primer momento, a la actual Colombia llegaron las esculturas adquiridas en España, sobre todo en Sevilla, y el estilo que dominó este periodo fue el manierismo.
Desde la mitad del siglo XVII se conforman los principales talleres de traza, talla, ensamblaje, ebanistería, y chapeado.
Las maderas empleadas fueron fundamentalmente de gran calidad como el cedro y el nogal.
A partir del siglo XVIII hubo una amplísima producción escultórica, con influencias de la escuela quiteña, la eboraria filipina y producción en piedra de Huamanga.
Impulsores en Colombia: Hugo Martínez González, Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar.