Pedro de Lugo Albarracín, (Santafé, s. xvii – ?, c. 1666).
Se Contrató para el Padre Bernardino de Rosas: Un Cristo Crucificado y otro descolgado.
El Señor Caído de la Iglesia del Carmen.
Dentro de los aspectos del contrato para la confección del señor Caído se denota lo siguiente: «Más doi en descargo —dicen las cuentas del licenciado Bernardino de Rosas y citado por Hernández de Alba— por la hechura de un Santo Cristo Caído a los azotes y clavado en la cruz, que está en la sacristía, que los costos que tuvo fueron cuarenta patacones».
Cárdena y sangrente encarnación, hinojos lacerados, sangre en hilos trágicos envuelve el mártir, que arrancando a su dolor una lágrima estremece [...]».