Él todo rodeado por una cinta de sínople (verde) bordeada de oro y cargada con el lema “Peidiol Wyf I'M Gwald” (Soy fiel a mi tierra), escrito en letras del mismo metal (color).
La cinta, rodeada por una corona formada por los símbolos vegetales de Gales, Escocia, Irlanda (del Norte) e Inglaterra: el puerro, el cardo, el trébol y la rosa heráldica.
En el año 1911 al futuro rey Eduardo VIII (luego duque de Windsor) se le concedió el título de príncipe de Gales y tuvo lugar una ceremonia en el castillo de Caernarfon que no se celebraba desde algunos siglos.
Se decidió emitir para el príncipe Eduardo su estandarte y escudo de armas y se incorporaron en ambos los elementos del escudo de Gales (incluida la corona) porque su diseño no llevaba ningún símbolo galés, como aparece documentado en el libro Guía completa de Heráldica, publicado en 1909, de Arthur Fox-Davies.
El blasón (y el estandarte) del príncipe de Gales era semejante al escudo de armas del monarca británico pero se diferenciaban únicamente por sus coronas y un lambel de tres brazos que se añade en el escudo del príncipe heredero.