Aunque se ha vinculado a Gales y al dragón rojo desde hace milenios, sólo en el siglo XX se convirtió en su símbolo oficial Según la tradición, el origen del dragón rojo representado en la bandera de Gales, llamado Ddraig Goch o Dragón Galés, proviene de un antiquísimo conflicto entre dos de estas bestias, una blanca y una roja.
Su plan funcionó a medias, ya que ambas bestias quedaron atrapadas durante siglos, pero aun así se mantenían con vida.
Mucho tiempo después un nuevo rey llamado Gwrtheyrn decidió erigir un gran castillo sobre la prisión de los dragones, descubriendo a ambas criaturas aun en su cautiverio.
Gwrtheyrn pide consejo al ilustre Mago Merlín, quien aconseja la liberación de las bestias para que puedan continuar con su batalla.
Ambos dragones, como en la leyenda original eran enemigos acérrimos, tanto así que intervenían en la guerra entre las facciones de Dios, los ángeles caídos y los demonios, por tanto ellos decidieron unir fuerzas para eliminarlos, Dios los logró encerrar en sus sacred gear correspondientes, los cuales son dados a los humanos otorgándoles el potencial para cambiar el mundo.