La bandera de Gales, en galés denominada Y Ddraig Goch («el dragón rojo»), fue adoptada oficialmente en 1959, aunque su origen es bastante antiguo.
La bandera consiste en un dragón rojo caminante en postura como elemento central, sobre un campo verde y blanco en dos partes iguales horizontales.
Su plan funciona a medias, ya que ambas bestias quedan atrapadas durante siglos, pero aun así se mantenían con vida.
Mucho tiempo después un nuevo rey llamado Gwrtheyrn decide erigir un gran castillo sobre la prisión de los dragones, descubriendo a ambas criaturas aun en su cautiverio.
Gwrtheyrn pide consejo al ilustre Mago Merlín, quien aconseja la liberación de las bestias para que puedan continuar con su batalla.