Audición
La audición está constituida por los procesos psicofisiológicos que proporcionan al ser humano la capacidad de oír.El sonido puede oírse a través de materia sólida, líquida o gaseosa.Esto confiere a estos animales la capacidad de localizar el sonido verticalmente.[5] El oído medio consiste en una pequeña cámara llena de aire que se encuentra medial al tímpano.Ayudan a transmitir las vibraciones del tímpano al oído interno, la cóclea.Las frecuencias características son altas en la entrada basal de la cóclea y bajas en el vértice.[6] Aunque las células ciliadas no producen potencial de acción por sí mismas, liberan neurotransmisores en las sinapsis con las fibras del nervio auditivo, que sí produce potenciales de acción.Estas vibraciones generan movimientos oscilantes en la cadena de huesecillos del oído medio (martillo, yunque y estribo), los que son conducidos hasta el perilinfa del caracol.El tímpano es una membrana flexible que vibra cuando le llegan las ondas sonoras.Finalmente las vibraciones "mueven" los dos líquidos que existen en la cóclea (perilinfa y endolinfa), deformando las células ciliadas existentes en el interior.Estas células transforman las ondas sonoras en impulsos eléctricos que llegan al nervio auditivo y de este nervio a la corteza auditiva que es el órgano encargado de interpretar los sonidos.Una forma de hacerlo es mediante modificaciones ambientales como el silenciamiento acústico, que puede conseguirse con una medida tan básica como forrar una habitación con cortinas, o tan compleja como emplear una cámara anecoica, que absorbe casi todo el sonido.Esta "ayuda a los sordos" de los peces aparece en algunas especies como la carpa y el arenque.Esto no significa que las frecuencias superiores a 100 kHz sean audibles, sino que la discriminación temporal no está directamente acoplada a la gama de frecuencias.En 1976, las investigaciones de Jan Nordmark indicaron una resolución interaural superior a 2 µs.