[1] Un solo disparo podía matar más de 50 aves acuáticas posadas en la superficie del agua.
Eran armas muy grandes y pesadas para sostenerse en las manos, además de tener un gran retroceso.
Por estos motivos iban montadas directamente sobre la barca empleada para cazar, de ahí su nombre.
Los cazadores maniobrarían silenciosamente sus barcas hasta alinearse y ponerse al alcance de la bandada, usando pértigas o remos para no asustar a las aves.
Para mejorar la eficacia, los cazadores trabajaban en flotas de hasta 10 barcas.
[2][3] También se produjeron modelos con dos cañones,[4][2] usualmente calibrados para cartuchos del 8.