Muchos de los colonos que quisieron perpetuar la esclavitud indígena y se opusieron a las Leyes Nuevas fueron ejecutados por los españoles.
En conformidad de lo que está dispuesto sobre la libertad de los indios: Es nuestra voluntad, y mandamos, que ningún adelantado, gobernador, capitán , alcaide, ni otra persona, de cualquier estado, dignidad, oficio, o calidad que sea en tiempo , y ocasión de paz, o guerra, aunque justa, y mandada hacer por Nos, o por quien nuestro poder hubiere, sea osado de cautivar indios naturales de nuestras Indias, Islas, y Tierra-Firme del Mar Océano, descubiertas, ni por descubrir , ni tenerlos por esclavos, aunque sean de las islas, y tierras, que por Nos, o quien nuestro poder para ello haya tenido, y tenga , esté declarado, que se les pueda hacer justamente guerra, o los matar, prender, o cautivar.
4 Que para hacer guerra a los indios se guarde la forma de esta ley.
Que no se envíe gente armada a reducir los indios, y siendo a castigarles, sea conforme a esta ley Ningún gobernador, teniente, ni alcalde ordinario pueda enviar, ni envíe gente armada contra Indios, a título de que se reduzcan, o vengan a hacer mita, ni con otro pretexto , pena de privación de oficio, y de dos mil pesos para nuestra cámara; pero bien permitimos, que si algunos indios hicieren daño españoles, o a indios de paz , en sus personas, o haciendas, puedan luego, o hasta tres meses enviar personas con armas a que los castiguen , o traigan presos , con que en los presos no se ejecute pena en el campo , si la dilación no causare daño irreparable, y en ninguna forma se puedan repartir los indios por piezas , como en algunas provincias se ha hecho sin nuestra orden y voluntad, pena de mil pesos al que lo contrario hiciere.
El tráfico ibérico de esclavos africanos comenzó con los portugueses, quienes transportaban prisioneros a las Islas Madeira y las Azores.
Así el tráfico masivo de esclavos africanos hacia las provincias que serían la Nueva Granada daría inicio solo después de que la población indígena fuese liberada, empezando en la segunda mitad del siglo XVI.
[9] Esto no impedía que los esclavos fuesen transportados en condiciones infrahumanas; el viaje desde África hasta América duraba unos dos meses y se llevaba a cabo en buques plagados de enfermedades, con pobre o ninguna ventilación, y hacinados.
Así, los diversos investigadores que se aproximan a la cuestión de los orígenes de los esclavos negros colombianos frecuentemente no tiene más remedio que agrupar su origen en regiones mayores, frecuentemente divididas en tres.
Luz Adriana Maya identifica estas como: sudano-saheliano, el bosque tropical y la selva ecuatorial húmeda;[14] John Thornton identifica las tres regiones como: la Alta Guinea, la Baja Guinea y la región de Angola.
La región del Sáhel occidental vivían grupos étnicos como los fulani, los mande y los songhai.
Aunque durante el siglo XVII la labor esclava fue empleada tanto en agricultura como ganadería, eventualmente esta pasó a concentrarse alrededor de solo esta última, puesto que la agricultura es estacional y por ende resultaba menos rentable para el esclavista que deseaba reducir al mínimo las horas en que el esclavo no trabajaba.
[23] Estos esclavos eran comercializados durante el siglo XVII por un valor entre los 200 y 400 pesos de plata cada uno.
Esto requirió el influjo constante de nuevos esclavos «bozales» (nacidos en África).
Las grandes operaciones mineras, y con ellas el tráfico masivo de esclavos negros hacia la costa occidental, no comenzaría sino hasta las dos últimas décadas del siglo XVII.
[28] La costa Pacífica fue el área colonial con mayor porcentaje de población esclava en territorio neogranadino.
[29] Estos esclavos destinados para la producción minera fueron un componente vital en la Región Pacífica.
[30] Los primeros en oponerse a la imposición del trabajo forzado por parte de los europeos fueron los pueblos indígenas.
Durante el siglo XVI se dieron rebeliones de los paeces, muzos, y yariguíes.
[31] Los chinatos se rebelaron villa de San Cristóbal, mientras que los tupes hicieron lo mismo en Santa Marta.
[35] A fines del siglo XVII las autoridades coloniales intentaron nuevamente iniciar una gran campaña contra los palenques cimarrones pero a pesar de lograr destruir algunos poblados toda la empresa resultó ser un fracaso, puesto que los negros lograron conservar su libertad y simplemente se desplazaron hacia el sur.
En 1728, Barule, un esclavo, lideró la más grande insurrección en el Chocó junto a los hermanos Antonio y Mateo Mina.
Sin más remedio, el amo aceptó sus demandas, haciendo juramento de perdonarlos por la revuelta, detener los maltratos y acordando que si los esclavos eran vendidos alguna vez esto debería hacerse colectivamente para no dividir a las familias.
[37] Incidentes similares ocurrieron en Neiva en 1773 y Cúcuta en 1780, en los cuales los esclavos habían llegado a una suerte de acuerdo con los sacerdotes jesuitas en el cual su trato se asemejaba más al de campesinos libres en una aparcería, en el cual se les remuneraba por sus cultivos y se les concedía días de fiesta.
Cuando un nuevo amo se negó a mantener lo que los esclavos consideraban sus derechos consuetudinarios, estos no dudaron en entrar en rebelión abierta y demandar a las autoridades del gobierno colonial que se les reconocieran sus derechos.
Los negros recorrían los campos derribando cercas, asaltando propiedades y castigando con sus látigos de arrear ganado a los conservadores; este periodo fue bautizado por el presidente José Hilario López como «los retozos democráticos».
Aun así en muchos lugares los amos se rehusaron a dejar ir a los esclavos de manera pacífica, esto desencadenó en la guerra civil de 1851, la cual inició con el estallido una insurrección en el Cauca y Pasto encabezada por los líderes conservadores Manuel Ibáñez y Julio Arboleda con el apoyo del gobierno ecuatoriano de tendencia conservadora.
La guerra terminaría en cuatro meses con la victoria liberal y la liberación definitiva de los esclavos.