Durante la Primera Guerra Mundial, la compañía diseñó su primer motor aeronáutico, el Eagle, que Hives desarrolló con éxito; y ya en 1916 era Jefe del Departamento Experimental.
[3] En 1937, pensando que la guerra pronto sería inevitable, preparó a la empresa para un aumento masivo de la producción de motores Merlín, dividiendo las instalaciones entre ingeniería y producción; y desarrollando fábricas paralelas.
Los motores Merlín acabarían impulsando los aviones Hurricane, Spitfire y Lancaster (así como casi olvidado Fairey Battle), lo que se revelaría como una decisión estratégica vital cuando se inició la guerra.
Gracias a Hives, en 1945 se habían producido no menos de ciento sesenta mil motores Merlín.
Desempeñó un papel fundamental en el programa de submarinos nucleares del Reino Unido.
Después de una mañana particularmente difícil, le presentaron a Lord Hives.